Taverna Hofmann, la sofisticación de lo bueno

Aunque taverna y Hofmann no parece que vayan ligados, en este espacio gastronómico, la chef más conocida de Barcelona -por su escuela y sus restaurantes- ha montado eso, una taverna -léase sitio de comida de toda la vida- gastronómica -léase calidad, calidad y calidad- (y claro, precio acorde).

Lo que uno encuentra en la taverna Hofmann son platos de siempre -cap i pota, croquetes, patates braves,…- hechos de manera inmejorable. Y es verdad, las croquetas sólo están a la altura de las croquetas de Navidad de una madre que trincha toda la carne de la carn d’olla a mano y la mezcla amorosamente hasta tener la pasta de croqueta. Y -por supuesto- bien fritas, bien crujientes.

En la carta, cada uno encontrará lo que vaya más a su gusto -aunque la brasa es más que recomendable y las guarniciones son como deberían de ser- y no hay que olvidarse del pan de acompañar (cal sucar!), esta vez, lejos del pan de siempre es una especie de focaccia de romero y ajo. Para los amantes de un buen final de comida, es obvio, sus vasitos están a la altura de su nombre, directos desde su pastelería del Born a tu mesa.